Por Ana Gerschenson
El 2012 es el año de Malvinas. El 2 de abril se cumplirán 30 años del comienzo de la guerra por la que la Argentina recuperó durante 74 días la soberanía de las islas. Y tanto en la Argentina como en el Reino Unido ya comenzaron a escalar los ánimos.
Por lo pronto, la presidente Cristina Kirchner instruyó a la Cancillería para que el reclamo argentino tiña el año que está a punto de comenzar fuera y dentro del territorio nacional.
Hay mega actos en proceso de organización, vigilias con ex combatientes, un proyecto legislativo multipartidario para que los deportistas argentinos que compitan en las Olimpíadas de Londres 2012 lleven en sus camisetas la inscripción "Las Malvinas son argentinas", y la decisión de endurecer aún más la relación con el Reino Unido. Incluso, la Presidente adelantó esta semana que "muy pronto" designará a un nuevo embajador en Londres, un puesto vacante desde 2008, producto del congelamiento del diálogo con el gobierno inglés.
Hasta ahora, el único nombre que circula como rumor en el Palacio San Martín para ocupar la embajada es el del prestigioso historiador Ernesto Laclau. Sería una apuesta fuerte: el politólogo reside en el Reino Unido, estudió en Oxford con Eric Hobsbawn y es profesor de Teoría Política de la Universidad de Essex.
Cristina Kirchner, malvinera declarada debido a sus años de vida en Santa Cruz, quiere que se escuche el ruido del reclamo argentino en los foros internacionales, pero también en la capital inglesa.
Un aperitivo de lo que viene fue la decisión que tomaron esta semana los países del Mercosur, a pedido de la Argentina, durante la cumbre de Montevideo, y por la cual los miembros del bloque prohibirán que barcos con banderas de las islas Malvinas amarren en sus puertos. La medida provocó la inmediata protesta de la Cancillería inglesa y temores en el archipiélago por lo que llaman "el bloqueo argentino". Pero también malestar en la cancillería española porque los barcos pesqueros que compran las licencias al gobierno de las islas son mayoritariamente de origen ibérico, y en los últimos meses han habido varios incidentes con patrullas argentinas en viaje a Malvinas. De hecho, los diarios de la Madre Patria aseguran que las empresas pesqueras españolas analizan utilizar puertos sudafricanos para evitar complicaciones con el gobierno argentino.
En la Cancillería ya comenzó a planificarse un mega desfile para el 2 de abril próximo, con presencia de todos los veteranos, hoy divididos en varios grupos internos. Pero la idea es que sea una gran movilización, que contrarreste los festejos que organizan los kelpers, con presencia de la realeza británica.
En Buenos Aires, el Gobierno considera "irritante" la presencia del príncipe Guillermo, que en febrero llegará a las islas para entrenar durante seis semanas en la base militar que los británicos instalaron luego de la guerra.
Las Olimpíadas de Londres en julio y agosto de 2012 también son un escenario elegido por los legisladores para expresar el reclamo argentino. Diputados de diferentes bancadas acordaron como propuesta que las camisetas de los seleccionados nacionales de todos los deportes incluyan la leyenda "Las Islas Malvinas son argentinas". El proyecto de ley es impulsado por la legisladora fuegina Rosana Bertone, del Frente para la Victoria, y fue respaldado por Roy Cortina (Frente Amplio Progresista), Federico Pinedo (PRO) y Alfredo Atanasof, del Frente Peronista.
Habrá que ver hasta donde escala la tensión entre Londres y Buenos Aires, de aquí a que se reanuden las sesiones ordinarias en marzo, adelantan en la Casa Rosada. Depende de lo que suceda el próximo año se apretará el acelerador del proyecto. Porque está claro que la inscripción provocará la protesta de la Cancillería inglesa.
En suspenso está, además, la advertencia que la propia Presidente hizo ante Naciones Unidas sobre la posibilidad de suspender el permiso para que los aviones desde Punta Arenas a las islas sobrevuelen la Argentina continental. Sería un golpe durísimo para la economía kelper.
No hay dudas. El 2012 es el año de Malvinas. Treinta años pasaron de aquella guerra brutal que se llevó la vida de 649 soldados que dieron su vida por la recuperación de las islas. Y que fue el principio del fin de otra guerra: la de la dictadura contra la democracia argentina.
FUENTE EL CRONISTA COMERCIAL- 24-12-11
Martes 29 de Noviembre de 2011 17:00 | 
Escrito por Gonzalo Davio | 
